Investigar la interacción de nanopartículas con proteínas de sangre a través de microdispositivos que simulan el torrente sanguíneo, son algunos de los proyectos que se están ejecutando en el Laboratory of Microfluidic for NanoBiotecnology Applications (Laboratorio de Microfluidos para aplicaciones de NanoBiotecnología- MiNano Lab), iniciativa que partió el 2016, pero que a partir del año pasado tomó su nombre, y que está cargo del Programa Institucional de Fomento a la I+D+i.
“En 2022, colegas mexicanos nos solicitaron comprar nuestros microdispositivos, los cuales fabricamos y diseñamos en nuestro laboratorio. En esa instancia surgió la necesidad inmediata de identificarnos con MiNano Lab, vender nuestros dispositivos con nuestro nombre y, junto con ello, darnos a conocer como equipo en congresos, ferias científicas, etc”, explica Natalia Hassan López, directora de MiNano Lab.
Desde el Edificio de Ciencia y Tecnología de la UTEM, alumnos y alumnas de pre y postgrado, postdoctorados y dos asistentes de investigación, junto con la académica Hassan, se encargan de diseñar y fabricar microdispositivos con fines de estudios en nanomedicina y medio ambiente.
“Estos nos permiten simular los flujos del torrente sanguíneo, ayudándonos a dilucidar cómo se comportarían ciertos fármacos o nanopartículas dentro del organismo, sin utilizar modelos animales”, explica su directora.
El equipo también es apoyado por académicos de otras universidades, con los que colaboran activamente: el Dr. Marcelo Kogan, de la Universidad de Chile; la Dra. Rina Ortíz, de la Universidad de Valparaíso; el Dr. Simón Guerrero, de la Universidad de Atacama; el Dr. Humberto Estay, de la Universidad de Chile; y la Dra. Andreina García, de la Universidad de Chile, donde codirigen tesis de pre y postgrado.
El laboratorio no sólo aporta a la investigación, sino que también contribuye en el desarrollo del estudiantado. En estos cinco años, más de 10 alumnas y alumnos de pregrado se han graduado gracias a MiNano Lab. En este momento, hay cuatro estudiantes de magíster y tres de doctorado realizando sus tesis, además de dos proyectos de postdoctorado.
El laboratorio, entonces, “ha aportado con equipamiento y trabajo colaborativo con otros académicos nacionales e internacionales, permitiendo que sus estudiantes puedan participar en diferentes ferias científicas, congresos y encuentros científicos importantes. Así como también ha aportado con financiamiento de proyectos con fondos externos, donde actualmente tenemos financiamiento por el proyecto Núcleo Milenio en NaoBioFísica, Fondecyt Regular, Exploración y fondos asociados al Centro Avanzado de Tecnología para la Minería de la Universidad de Chile”, comenta la también académica.
Desarrollando habilidades y conocimientos
Danitza Caris Parra, estudiante del Doctorado en Ciencias de los Materiales e Ingeniería de Procesos de la UTEM, ha estado en el laboratorio desde 2019 hasta ahora, cuando estaba haciendo su tesis de pregrado. “Durante este semestre, he comenzado a investigar nanopartículas de oro con diferentes geometrías, además de realizar estudios biológicos de la corona proteica en las nanopartículas”, explica Caris.
Su experiencia en el laboratorio, “ha sido genial”, dice la estudiante de doctorado, porque “el ambiente es muy agradable y cordial. Trabajo en un equipo de personas en las que puedo confiar y que nos apoyamos mutuamente. Existe un gran compañerismo y solidaridad entre todos nosotros, lo que crea un ambiente laboral y estudiantil realmente agradable”.
Para Caris, su paso por MiNano Lab le ha permitido interactuar con otros investigadores y profesionales del campo, con lo que ha podido ampliar su conocimiento y perspectivas en su área de estudio. También ha podido participar en congresos nacionales e internacionales, presentando pósters y dando charlas. Además, ha sido posible poner en práctica los conceptos teóricos aprendidos en sus estudios.
“Esta experiencia me ha ayudado a desarrollar mi pensamiento crítico y a fortalecer mis habilidades de resolución de problemas”/em>, comenta Caris.
Próximamente, se espera poder publicar experimentos más complejos, aplicando nuevas técnicas aprendidas en el exterior. También proyectan obtener su primer modelo de tumor de cáncer de mamá en un microchip, para comenzar a validar las nanopartículas. Y, a su vez, “mantener nuestras colaboraciones con grandes académicos y seguir recibiendo a aquellos interesados que tengan ganas de aprender y realizar investigación en Nanotecnología y microfluídica en el área salud y medio ambiente”, concluye Hassan.